Emprendedor

Cuando estás tratando de ampliar y vender conocimiento, querer mantener algo como “exclusivo” y “raro”, muchas veces lleva a la pérdida de su valor. Lo que importa más, es que el comprador se vuelva parte de una red y que esa red siga creciendo.

(Juan Enríquez Cabot – Mientas el futuro te alcanza.)

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La naturaleza asombra por su belleza.

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Ayer encontré estas fotos sobre un tipo de nube que no conocía, la cual me asombró por su belleza. Estas nubes son denominadas MAMMATUS y avisan de la posibilidad de una fuerte tormenta. Estas se forman en la parte inferior del yunque de un cumulonimbo, la cual, es otro tipo de nube que precede a la mammatus. Estas nubes son especialmente peligrosas para la actividad aérea, ya que indican turbulencias de gran intensidad en el interior de los cumulonimbos a los que van asociadas. En algunas zonas como USA, son un claro aviso de la formación de tornados.
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Óxido Cuatro

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4/4 EL ANCLA. El ancla llegó de Antofagasta. De algún barco muy grande, de aquellos que cargaban salitre hacia todos los mares. Allí estaba durmiendo en los áridos arenales del Norte grande. Un día se le ocurrió a alguien mandármela. Con toda su grandeza y su peso fue un viaje difícil, de camión a grúa, de barco a tren, a puerto, a barco. Cuando llegó a mi puerta no quiso moverse más. Trajeron un tractor. El ancla no cedió. Trajeron cuatro bueyes. Estos la arrastraron en una corta carrera frenética, y entonces si se movió, hasta quedarse reclinada entre las plantas de la arena. -¿La pintaras? Se está oxidando. No importa. Es poderosa y callada como si continuara en su nave y no la desgañitara el viento corrosivo. Me gusta esa escoria que la va recubriendo con infinitas escamas de hierro anaranjado. Cada uno envejece a su manera y el ancla se sostiene en la soledad como en su nave, con dignidad. Apenas si se le va notando en los brazos el hierro deshojado. Pablo Neru...
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